La liebre se burla

La lie­bre escon­dió su aza­da entre las ramas de un arbol, que se exten­dían sobre las aguas de un lago. La aza­da se espe­ja­ba en la super­fi­cie del aqua.
Enton­ces la lie­bre gri­tó: 
¡Diós! Mi aza­da se cayó al agua. ¿Como voy a tra­ba­jar mi tie­rra? ¿Quién me la saca del lago?

El coco­dri­lo  miró del aqua:
– ¿Que estás gri­tan­do tan alto?
– Coco­dri­lo por favor ¿no me pue­des sacar mi aza­da del aqua?
– ¿Por­que no?
El coco­dri­lo nadó al sitio don­de la aza­da se refle­jó en la super­fi­cie del aqua, abrió sus man­dí­bu­los para coger la aza­da. Pero no cogió nada mas que agua
Que raro!  se asombró.


Enton­ces la lie­bre gri­tó de nue­vo: 
Diós! Mi aza­da se cayó al agua. Des­gra­cia­da­men­te el coco­dri­lo es dema­sia­do ton­to para sacar­la del aqua. ¿Como voy a tra­ba­jar mi tie­rra? ¿Quién me la saca del lago?

El hipo­pó­ta­mo salió la cabe­za del lago.
– ¿Que estás gri­tan­do tan alto?
– Hipo­pó­ta­mo por favor ¿no me pue­des sacar mi aza­da del aqua?
– ¿Por­que no?
El hipo­pó­ta­mo nadó al sitio don­de la aza­da se refle­jó en la super­fi­cie del aqua, abrió sus man­dí­bu­los para coger la aza­da. Pero no cogió nada mas que agua.
¡Que raro! se asombró.

Enton­ces la lie­bre gri­tó de nue­vo: 
¡Diós! Mi aza­da se cayó al agua. Des­gra­cia­da­men­te el coco­dri­lo y el hipó­po­ta­mo son dema­sia­do ton­tos para sacar­la del aqua. ¿Como voy a tra­ba­jar mi tie­rra? ¿Quién me la saca del lago?

Pasó el ele­fan­te:
– ¿Que estás gri­tan­do von voz tan alta?
– Ele­fan­te por favor ¿no me pue­des sacar mi aza­da del aqua?
– ¿Por­que no?
El ele­fan­te entró su trom­pa lar­ga al aqua para coger la aza­da que se refle­jó en la super­fi­cie del lago. Pero no cogió nada mas que agua.
¡Que raro!  se asombró.

Enton­ces la lie­bre gri­tó de nue­vo: 
– ¡Diós! Mi aza­da se cayó al agua. Des­gra­cia­da­men­te el coco­dri­lo, el hipo­pó­ta­mo y el ele­fan­te son dema­sia­do ton­tos para sacar­la del aqua. ¿Como voy a tra­ba­jar mi tie­rra? ¿Quién me la saca del lago?

¿Que ani­ma­les pasan y como bus­can a sacar la aza­da de la lie­bre? Por ejemplo:

La gru­lla pica al agua con su pico lar­go.

– El hidró­li­do inten­ta enro­llar su cola alre­de­dor de la aza­da refle­ja­da en el agua.

– El león gol­pea con su pata la aza­da refle­ja­da en el agua.

– La gira­fa dobla su cue­llo lar­go al agua par ato­mar la aza­da entre sus dien­tes.

– El rino­ce­ron­te bus­ca a meter su cuerno por deba­jo de la aza­da refle­ja­da en el agua.


Enton­ces la lie­bre gri­tó de nue­vo: 
¡Diós! Mi aza­da se cayó al agua. Des­gra­cia­da­men­te el coco­dri­lo, el hipo­pó­ta­mo, el ele­fan­te (y los demás men­cio­na­dos ani­ma­les) son dema­sia­do ton­tos para sacar­la del aqua. ¿Como voy a tra­ba­jar mi tie­rra? ¿Quién me la saca del lago?

Se acer­có un gallo al lago.
– Gallo, tú tie­nes suer­te. Tú pue­des abrir la tie­rra con tus uñas. Pero a mí me hace fal­ta mi aza­da. Por favor, ¿no me pue­des sacar mi aza­da del agua?

El coco­dri­lo, el hipo­pó­ta­mo, el ele­fan­te (y los demás men­cio­na­dos ani­ma­les) nega­ron con la cabe­za:
– ¡Este gara­ba­to no lo logra tam­po­co!
– ¡A ver! dijo el gallo. Pero antes de todo ten­go que beber un tra­go de agua.

¿Y sabéis, qué hacen los gallos y las galli­nas antes de beber? Levan­tan la cabe­za antes de bajar­la para beber.

Y cuan­do el gallo levan­tó la cabe­za vió la aza­da de la lie­bre entre las ramas del arbol y gri­tó:
– Mira, por magia puse tu aza­da entre las ramas del arbol. Allí te la pue­des coger.

Enton­ces el coco­dri­lo, el hipo­pó­ta­mo, el ele­fan­te (y los demás men­cio­na­dos ani­ma­les) se die­ron cuen­ta, que la lie­bre se había bur­la­do de ellos y se fue­ron avergonzados.

Adap­ta­ción de un cuen­to congolés.

Ori­gen: Wie der Hase sei­ne Hac­ke vers­teckt hat­te, in: Wolf­gang Ham­mer, Als das Busch­fer­kel flie­gen woll­te. Mär­chen aus Zai­re, Leip­zig 1988, pp. 223-24