La tortilla rica y suculente.

Era­se una vez una pare­ja ancia­na. Le dijo el vie­jo a la vie­ja: – Me ape­te­ce comer una tor­ti­lla.
La vie­ja abrió cua­tro hue­vos, los mez­cló con pata­tas, vir­tió acei­te y echó los hue­vos a la sar­tén. Pron­to la tor­ti­lla empe­zó a freir.
– ¿Ya está lis­to?  pre­gun­tó el vie­jo y qui­so qui­tar la tor­ti­lla de la sar­tén.
– No ¡espe­ra! gri­tó la vie­ja. – Aún ten­go que vol­ver­la.
La vie­ja arro­jó la sar­tén para vol­ver la tor­ti­lla, pero la tor­ti­lla lo apro­ve­chó para sal­tar de la sar­tén y se esca­pó rodan­do.
– ¡Aga­rra­la! gri­tó la vie­ja, pero la tor­ti­lla ya había roda­do por la puer­ta. El vie­jo le siguió, pero la tor­ti­lla rodó mas de pri­sa y le escapó.

Se fue rodan­do, rodan­do y se encon­tró con dos cami­nan­tes, que se esta­ban des­can­san­do al lado del camino.
– ¡Holá¡ tor­ti­lla rica y sucu­len­te, le salu­da­ron. – Vie­nes en bue­na hora ¡Ven aquí!
Los dos estre­cha­ron la mano para coger­la. Pero la tor­ti­lla rica y sucu­len­te no tuvo ganas de dejar­se coger.
– Sal­té de la sar­tén le la vie­ja, esca­pé al vie­jo y voso­tros no me vais coger tam­po­co.

¿Quién mas bus­ca a comer­se la tor­ti­lla? Por ejem­plo

Tres alba­ñi­les, que están tra­ba­jan­do en su obra y se arro­jan, para tener­la

– Un padre hacien­do la merien­da con su fami­lia al lado de la carre­te­ra y que le bus­ca atra­ve­sar­la con su cuchi­llo.

– Un pes­ca­dor a caña que la quie­re atra­par con su her­pil

– Una mujer toman­do su café en una tera­za que la quie­re fijar vol­vien­do su som­bre­ro sobre la tortilla.

Las res­pues­tas de la tor­ti­lla repi­ten los epi­só­dios pro­pues­tos, por ejemplo:

– Sal­té de la sar­tén le la vie­ja, esca­pé al vie­jo, me sal­vé de tres alba­ñi­les, enga­ñé al padre de fami­lia, eva­dí del pes­ca­dor, huí de la beve­do­ra de café (mas los epi­só­dios pro­pues­tos) y tu no me vas coger tampoco.

 

En fin la tor­ti­lla rica y sucu­len­te pasó rodan­do rodan­do al lado de un arbus­to, en el cual un zorro se escon­dió.
El zorro la lla­mó: – ¡Escu­cha! tor­ti­lla rica y sucu­len­te, ¿adon­de vas rodan­do rodan­do?
La tor­ti­lla le con­tes­tó:
Sal­té de la sar­tén le la vie­ja, esca­pé al vie­jo, me sal­vé de tres alba­ñi­les,  enga­ñé al padre de fami­lia, eva­dí del pes­ca­dor, huí de la beve­do­ra de café (mas los epi­só­dios pro­pues­tos) y tu no me vas coger tam­po­co.
¿Que me has dicho? pre­gun­tó el zorro.

La tor­ti­lla rica y sucu­len­te se acer­có y repi­tió:
Sal­té de la sar­tén le la vie­ja, esca­pé al vie­jo, me sal­vé de tres alba­ñi­les,  enga­ñé al padre de fami­lia, eva­dí del pes­ca­dor, huí de la beve­do­ra de café (mas los epi­só­dios pro­pues­tos) y tu no me vas coger tampoco.

Enton­ces el zorro puso su pata por detrás de la ore­ja dicien­do: – Sabes que oigo muy mal. Tie­nes que hablar cer­qui­ta a mi ore­ja.
La tor­ti­lla rica y sucu­len­te se acer­có has­ta su ore­ja y gri­tó:
Sal­té de la sar­tén le la vie­ja, esca­pé al vie­jo, me sal­vé de tres alba­ñi­les,  enga­ñé al padre de fami­lia, eva­dí del pes­ca­dor, huí .……

Más no pudo decir, por­que el zorro lis­to ya había atra­pa­do la tor­ti­lla rica y sucu­len­te y la había tragado. 

Adap­ta­ción de un cuen­to ale­mán: Vom dic­ken fet­ten Pfann­ku­chen, in: Carl y Theo­dor Colsha­gen, Mär­chen und Sagen aus Han­no­ver, 1854

Un cuen­to pare­ci­do fue muy repar­ti­do en Rusia. Se encuen­tra en la colle­ción de cuen­tos tra­di­cio­na­les rusos con el títu­lo „Kolo­bok“ (Nr. 36 en A.N. Afa­nass­jew, Narodn­ye russ­kie skazki).

Los epi­só­dios ocu­rren en esta ver­sión en un ambien­te de vida coti­dia­na en vez de uno his­to­ri­za­do como se sue­le hacer en ver­sio­nes de cuen­tos tra­di­cio­na­les, por­que a los niños en gene­ral les sale mas facil de ima­gi­nar­se un epi­só­dio inclu­so fan­tás­ti­co den­tro de su vida normal.