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Que partan de nuestra experiencia de cada día o que se desarrollen a base de una idea, los cuentos representan siempre una mezcla de la realidad social y de la imaginación. Es esta mezcla, que los vuelve tan atrayentes y graciosos, porque nos permite conciliar la experiencia social, que en muchos aspectos nos parece difícil y represiva, con nuestros deseos, expectativas y angustias.
Por eso podemos partir de los dos lados, cuando tratamos de inventar cuentos, “mejorando” el material de nuestra experiencia por la imaginación o “realizando” una idea fantástica transponiendola a la vida de cada dia.
Narraciones „realistas“
Cuando los niños piden un cuento, muchos padres o maestros tienen la impresión de no saber contar nada y prefieren tomar un libro para leer un cuento concebido por un escritor. Claro está, que no van a contar de forma tan precisa y deliberada como un escritor de profesión, que trabaja mucho tiempo para componer su texto. Pero no se dan cuenta, que contando improvisadamente, presentan a los niños algo que niguna lectura les puede ofrecer: la presencia viva de una persona, que uno puede tocar, preguntar y que sabe contestar. Y a la cual- esto es un punto muy importante – también se puede imitar: Escuchando narraciones orales los niños se animan a contar ellos mismos.
Las pequeñas aventuras de nuestra infancia
Ahora bien, cuando no sabemos qué contar, hay un tema que interesa a cada niño y del que cada uno recuerda historias: son los recuerdos que retenemos de nuestra propia infancia, las pequeñas aventuras y travesuras que encontramos. Para los niños, que nos escuchan, constituyen no sólo historias fascinantes, sino que les proporciona a la vez una primera percepción del cambio de tiempo y de historia.
Contando estas historietas repetidas veces, podremos observar que se harán cada vez más brillantes, más aventureras, más chistosas o peligrosas y por eso más interesantes para los oyentes. Al final nos parecerá difícil diferenciar entre lo que “realmente” sucedió y lo que añadimos para adornar nuestro cuento. No es que seamos unos mentirosos o fanfarrones, es más bien inevitable que narrando cambiamos lo, que se llama la “realidad”. Al contarlos tenemos que adaptar los sucesos narrados a las exigencias de la narración y a las expectativas del público, que espera una narración completa y dramática. Nuestros oyentes nos empujan entonces a mejorar los hechos en este sentido.
2. Construyendo cuentos según los sucesos de cada dia
Esta tendencia inmanente de la narración se puede aplicar más conscientemente, cuando “soplamos” los sucesos curiosos y sorprendentes, que nos han pasado a nosotros, que nos ha relatado otra gente o que hemos observado en la calle, en la vida de familia o en el trabajo. Estos sucesos salen de la rutina normal de la vida, y es exactamente por eso que los relatamos. El desayuno que tomamos cada mañana no tiene ningún interés, pero si por lo menos la cafetera se cae y el café corre por la mesa, ya tenemos una ocasión para contar. Sin embargo estas perturbaciones de la vida corriente, en general, no se alejan bastante de la expectativa y no traen consigo consecuencias suficientemente graves para llegar a un cuento más elaborado. El café derramado debe desencadenar una serie de reacciones y consecuencias inesperadas: Por ejemplo podría ensuciar el visado del pasaporte de nuestra tía, que nos visita rumbo al Gabún, de manera que las autoridades de este país africano le niegan la entrada deteniéndola en el aeropuerto sin comida, por lo cual sus dolores artríticos padecidos desde hace muchos años desaparecen milagrosamente. Quiere esto decir, que hay que jugar con el material de nuestra experiencia imaginando lo que el suceso que nos sirve de punto de partida, podría desencadenar, para permitirnos una excursión al mundo narrado.
Pero por supuesto no estamos forzados a reducirnos a la probabilidad de los sucesos narrados. La imaginación nos puede llevar mas allá, sobre todo cuando contamos para niños:
la tortilla, que al verterla nos escapa de la sartén, tiene todo derecho de moverse rodando por la ciudad y vivir unas aventuras fuera de la vida que llevamos.
3. Cuentos según noticias de prensa
Los periódicos, la prensa rosa o la televisión también nos presentan acontecimientos extraordinarios. Pero lo hacen en forma de relatos de hechos y con la apariencia de objetividad. No obstante en muchos casos se pueden transformar en cuentos haciendo vivir lo relatado a un personaje concreto. Tomemos por ejemplo una noticia de prensa, en la cual varios nadadores fueron mordidos en el agua por un animal, y que entonces un pescador, interrogado por el periodista, habría conferado su sospecha de que alguien hubiera puesto en el lago un cocodrilo joven que cuidaba en casa y que le había crecido demasiado para seguir viviendo en su bañera. El artículo suscita temores, por lo cual las autoridades locales habrían prohibido bañarse en este lago y enviado a unos especialistas en la caza del supuesto malhechor.
Para transformar la noticia en cuento se podría hablar de una niña que al bañarse se lesiona en una piedra, se sale del agua llorando y que preguntada, qué le pasó, dice: “No sé, creo que fue un bicho, que me mordió” . Y ya se desencadenan una serie de reacciones cada vez más serias, que la niña está siguiendo estupefacta, hasta que se anima a declarar, que el mónstruo del lago era un producto de imaginación.
Entre paréntesis:
Para construir un cuento no hay que escribir un texto literal, pues el texto narrado se improvisa en el acto de contar. Basta fijar todos los sucesos y las actividades de los héroes, apuntándolas con frases cortas o palabras sueltas. Pero lo que sí necesitamos es una relación muy clara del transcurso de los hechos. Lo mejor y más practico es retenerlos como una serie de imágenes, en una forma, que podríamos llamar “pelicula interior”.
4. Narraciones de fantasia
Una narración se puede caracterizar también como un juego que sigue ciertas reglas, de las cuales la más importante es la obligación del narrador de presentar un cuento entero: Al principio nos tiene que nombrar el héroe, el lugar y el tiempo de la narración. Después tiene que pasar algo que salga de lo cotidiano o esperado, y entonces hacernos saber como se enfrentó el héroe y si superó o no el enfrentamiento. Llegado al punto final ya no queremos escuchar más explicaciones.
Pero existe también en cada cuento algo parecido a una lógica interna y subyacente, que hay que seguir y que no se puede cambiar dentro del mismo cuento. Los cuentos tradicionales nos dan buenos ejemplos para esto. Un rey codicioso de narraciones quiere escuchar una vez en su vida un cuento que no empieze por el obligatorio “Erase una vez…”, y para ello promete su reino a quien le ofrezca este placer. Tres hermanos se arrojan al desafío, y no se alude ningún otro asunto más. Esta condición interna nos pone dificultades al momento de imaginar una historia. En general nos ocurren muchas ideas graciosas, pero no se encuadran todas en la lógica de nuestra idea de salida.
Y otra cosa más: por sorprendente o incluso loca que pueda parecer nuestra idea, la hay que dotar con tanta verosimilitud, que aparentemente no pueda acabar de otra manera que como la contamos, y en consecuencia, que el nudo, atado por los sucesos increíbles o las actividades inesperadas de los héroes, se resuelva de manera clara y directa. Esto quiere decir, que por lo general resulta más difícil de construir una narración partiendo de la imaginación y que caemos fácilmente en la trampa de salvarnos en un mundo bastante cursi de hadas, de elefantes volantes y de hechizo, en el cual todo se permite imaginar sin respetar la lógica de la narración.
Seguramente hay muchos caminos, por los cuales una idea espóntanea nos puede conducir a una narración completa y convincente, y estos caminos a veces son largos y dan muchas curvas. Nos contentamos aquí con hablar de dos métodos que pueden dar alas a nuestra imaginación y que nos presentan la ventaja de que se pueden emplear con niños de edad prescolar, en el caso primero, y de los de escuela primaria para el caso segundo.
5. Narraciones según una serie de imagines
Cuando ponemos dos imágenes una al lado de la otra, nuestra mente trata en seguida de relacionarlas imaginando lo que pasa entre las dos. Cuando juntamos toda una serie de imágenes proyectamos casi sin querer toda una historia. Podemos aprovechar de esta proyección para encontrar las piedras básicas de una narración.
Por ejemplo podemos tomar revistas usadas, recortar en el mismo tamaño toda clase de imágenes, que sean fotos, dibujos o publicidad, digamos una docena de imágenes. Ahora las ponemos en una serie, que nos alude los hechos de un cuento.
Para poner en acción a un héroe escogimos el dibujo o la foto de un personaje, la fotocopiamos y lo pegamos por encima de estas imágenes.
Requiriendo algo más de preparación – pero que se puede efectuar con los niños mismos y entonces nos dará ocasión de cooperar más efectivemente – se pueden tomar una serie de fotos, en las cuales figuran siempre los mismos personajes en situaciones diferentes. En este caso hay que tomar sobre todo fotos, en las cuales las personas se están moviendo, porque los movimientos animan la fantasía, más que las imágenes quietas. Especialmente interesantes son situaciones en las cuales la dirección de la actividad queda abierta: Cuando se ve por ejemplo a una persona, la mano en la manilla, la puerta entreabierta…. igualmente puede ocurrir que abandone la casa o que entre.
Es sorprendente cuántos saltos inesperados puede ejecutar la fantasía de los niños y de esta manera animar nuestra imaginación. Pero cuidado! son saltos que en muchos casos no respetan las reglas de la narración, porque niños de esta edad aún no la dominan por completo.
Juego para componer un cuento
6. Un juego para inventar cuentos
Con niños, que ya saben escribir, podemos poner en marcha un juego para componer narraciones a base de conceptos lingü.sticos. Ahora aprovechamos del hecho que cada narración está compuesta de una serie de elementos obligatorios y que ciertos motivos se repiten en muchos cuentos.
- Los elementos del juego
Lugares y paisajes (p.e. bosque, isla, ciudad, área de servicio etc)
Tiempos (p.e. hora, fecha, año, época etc)
Héroe(s) (p.e. reyes, brujas, chóferes, panaderos, animales, seres fantásticos etc) - Tareas y Metas (p.e. llegar a la cima de la montaña, comerse un cesto de manzanas, correr
- más de prisa que un perro etc)
- Actividades (p.e. cruzar la calle, comprar una casa, robar un banco etc)
- Acontecimientos (p.e. accidente, encontrar una cartera, deslizarse por una escalera etc)
- Cualidades (de seres vivos o de objetos) (p.e. grande, listo, loco etc)
- Desplazarse (p.e. caminar, andar en caballo, conducir etc).
- Objetos corrientes (p.e. cuchillo, lápiz, pantalones etc.)
- Objetos mágicos (p.e. tapiz volante, grabadora de los pensamientos etc)
Reglas del juego:
- Los participantes escriben cada uno palabras de estos elementos sobre fichas de papel, una palabra en cada ficha.
- Las fichas se apilan según los elementos.
- Cada grupo de participantes coge una ficha de cada pila para inventar un cuento, en el cual figuran estos conceptos. Cuando encuentran dificultades, pueden sacar otra ficha de la pila y devolver la anterior.
- Lo que hay que tener en cuenta trabajando según estos métodos es que casi nunca llegan a narraciones completas y de lógica interior, que mas bién aportan esbozos, que hay que trabajar y acabar. Pero sí llegamos con ellos a ideas y imaginaciones que de otra manera no habríamos encontrado tan fácilmente.
7. Narraciones según sueños
Un camino mas individual para alimentar la fantasía consiste en recurrir a sueños. Por lo general recordamos de nuestros sueños únicamente algunas situaciones o imágenes, que carecen de cohesión. Tomando estas partes sueltas nos podemos preguntar, cómo llegamos a esta situación y qué resultó de ella, y ya tenemos otra vez, con alguna suerte, una pista para un cuento sorprendente. Siempre con la condición de que nos hallemos en un estado de ánimo relajado como lo requiere toda clase de actividades “creativas”.
Por fin sea dicho entre paréntesis, que los niños de edad prescolar narrando una historia emplean en muchos casos elementos de su imaginación nocturna y a veces nos presentan sueños enteros como cuentos. Quiere decir que aún no diferencian claramente entre un sueño y un cuento.
NB. Más sugestiones para inventar cuentos, sobre todo a base de material lingüistico, se encuentran en “Gramática de la fantasía. Introducción al arte de inventar historias” de Gianni Rodari. (ed. española 1979).