En los principios de los tiempos, cuando todas las cosas estaban nuevas, descubrió la rana, que sabia saltar. Y gritó:
– Yo sé saltar. Yo salto mas alto que todos los animales del mundo.
Y empezó a saltar, y saltaba y saltaba y saltaba.
Como el merlo escuchó esto y la vio saltar, dijo:
– Tu sabes saltar. Tu sabes saltar mas alto que todos los animales del mundo. Pero yo sé cantar. Yo canto mas suave que todos los animales del mundo.
Y cantaba y cantaba y cantaba.
Como la liebre escuchó esto y oyó cantar al merlo, dijo:
– Tu sabes cantar. Tu sabes cantar mas suave que todos los animales del mundo. Pero yo sé correr. Yo corro mas de prisa que todos los animales del mundo.
Y corría y corría y corría.
¿Quién escucho la liebre y la vio correr? ¿Y qué dijo a la liebre entonces?
Cada participante repite la frase con otro animal y sus capacidades, por ejemplo:
¿Con qué capacidad fanfarronea el castor?
¿Con qué capacidad
fanfarronea el cangrejo?
¿Con qué capacidad
fanfarronea el tejón?
¿Que otros animales escuchan estos fanfarrones y se ponen a fanfarronear también?
Al final esto lo oyeron las piedras y dijeron:
– Vosotros sabéis saltar, cantar o correr. Pero nosotros sabemos algo, que nadie de vosotros no sabe: Sabemos callarnos. Nos sabemos callar mas tiempo que todos los seres del mundo.
Y se callaban y se callaban y se callaban. Y se callan hasta hoy en día.
¿O ya habéis oído hablar a una piedra?
Dibujos Horst Rudolph