Erase una vez un niño, que encontró unas gafas de sol en la calle, se las puso y se fue a casa.
En casa se topó con el padre, volviendo la tierra del huerto. Los rayos del sol cegaban al padre. Por eso le propuso el niño:
– Te presto las gafas de sol, que encontré en la calle.
Se las dejó, pero al plegarse el padre las gafas cayeron al suelo, el padre las pisó y las rompió.
Entonces el niño se lamentó:
– Vuelveme las gafas de sol que encontré en la calle.
– ¡Tranquilo! le contestó el padre.
– Para las gafas rotas te ofresco una navaja.
El niño se fue al lado de su amigo, que estaba sacando una piedra del suelo sin lograrlo.
El niño le propusó:
– Te presto la navaja que recibí para las gafas de sol, que encontré en la calle.
El amigo buscó a sortir la piedra haciendo palanca con la navaja, pero la navaja se rompió.
Entonces el niño se lamentó:
– Vuelveme la navaja que recibí para las gafas de sol que encontré en la calle.
– ¡Tranquilo! le contestó el amigo.
– Para la navaja te ofresco una mochila.
Los oyentes se inventan mas epiódios según este modelo: Le destruyen al niño el objeto que había recibido o lo pierden, pero le reemplazan por otro objeto. Por ejemplo
El niño presta la mochila a su hermana para una excursión. Ella la pierde, pero selo reemplaza por una pelota de fútbol.
– Vuelveme la mochila que recibí para la navaja que recibí para las gafas de sol que encontré en la calle.
El niño juega con el vecino con la pelota. El perro del vecino muerde la pelota. El vecino la reemplaza por una red de pesca.
– Vuelveme la pelota, que recibí para la mochila que recibí para la navaja que recibí para las gafas de sol que encontré en la calle.
El niño presta la red a su tío, que se va pescar a la caña. Su gato está jugando con la red y la rompe.
– Vuelveme la red de pesca que recibí para la pelota, que recibí para la mochila que recibí para la navaja que recibí para las gafas de sol que encontré en la calle.
Aquí se ven mas objetos que el niño recibe en vez de otros rotos o perdidos y que puede prestar.
(Episódio final)
– ¡Tranquilo! le contestó (la persona del último episódio),
– Para (el último objeto) te ofresco unas gafas de sol.
El niño miró las gafas y eran exactmente del mismo modelo como aquellas que había encontrado en la calle.
Dibujos Horst Rudolph
Este cuento está inspirado de un cuento etíope publicado bajo el título The game board en: H.Courlander/ W. Lesla, The fire on the Mountain and Other Ethiopian Stories, New York 1950, pp. 77-80.
El cuento alude a un juego muy popular entre niños, cambiar objetos.
El niño repite en sus quejas todo el trayecto de cambios formando una cadena de oraciones relativas que se pueden pronunciar conjuntamente.